#Argentinos #PremioCervantes #SigloXX #1923 #FervorDeBuenosAires
Isaac Luria declara que la eterna… tiene tantos sentidos como lectore… versión es verdadera y ha sido pre… por quien ideó el lector, el libro… Tu versión de la patria, con sus f…
Bajo el notorio influjo de Chesterton (discurridor y exornador de elegantes misterios) y del consejero áulico Leibniz (que inventó la armonía preestablecida), he imaginado este argument...
En su hierro perdura el hombre fue… hoy polvo de planeta, que en las g… de ásperos mares y arrasadas tierr… lo esgrimió, vano al fin, contra l… Vana también la muerte. Aquí está…
Venga un rasgueo y ahora, con el permiso de ustedes, le estoy cantando, señores, a don Nicanor Paredes. No lo vi rígido y muerto
Yo he ansiado un himno del Mar co… del Mar cuando el sol en sus aguas… del Mar cuando besa los pechos dor… del Mar al aullar sus mesnadas, al… cuando brilla en las aguas de acer…
La función poética –ese vehemente y solitario ejercicio de combinar palabras que alarmen de aventura a quienes las oigan– padece misteriosas interrupciones, lúgubres y arbitrarios eclip...
Aquí otra vez, los labios memorabl… He persistido en la aproximación d… de la pena. He atravesado el mar. He conocido muchas tierras; he vis…
Caminas por el campo de Castilla y casi no lo ves. Un intrincado versículo de Juan es tu cuidado y apenas reparaste en la amarilla puesta del sol. La vaga luz delira
Soy el que fui en el alba, entre l… Tendido en mi rincón de la caverna… pujaba por hundirme en las oscuras aguas del sueño. Espectros de anim… heridos por la esquirla de la flec…
Bien cumplidos los setenta años que aconseja el Espíritu, un escritor, por torpe que sea, ya sabe ciertas cosas. La primera, sus límites. Sabe con razonable esperanza lo que puede inten...
Hoy, nueve de setiembre de 1978, tuve en la palma de la mano un peq… de los trescientos sesenta y uno q… para el juego astrológico del go, ese otro ajedrez del Oriente.
Librada la batalla de Clontarf, en la que fue humillado el noruego, el alto rey habló con el poeta y le dijo: —Las proezas más claras pierden su lustre si no se las amoneda en palabras....
Si las páginas de este libro consienten algún verso feliz, perdóneme el lector la descortesía de haberlo usurpado yo, previamente. Nuestras nadas poco difieren; es trivial y fortuita la...
Tres antiguas caras me desvelan: una el Océano, que habló con Clau… otra el Norte de aceros ignorantes y atroces en la aurora y el ocaso, la tercera la muerte, ese otro nom…
Qué dicha para todos los hombres, Islandia de los mares, que existas… Islandia de la nieve silenciosa y… Islandia de la noche que se aboved… sobre la vigilia y el sueño.