22
El 22 me retumba, me tumba
estoy pavimentando mis ojos, están envejeciendo de sarna
los 22 han llegado como un árbol que hay que cortar
he soñado que es mi hora de morir, de no vivir mas
camino por la ventana del anochecer
sordo escupo la juventud que esta a la puerta, no crecer!
no crecer era el mejor deseo que tendría que haber pedido en aquel cumple.
silencios para vender cuerpos, alientos en los infinitos llevares del alma
cocodrilos de velorios, llenos de muertos indeseados, besos partidos
corazon de miles, verdades de algunos
Iluminar el día, es como tratar de desear mas
yo estoy dedicado a tirarme de balcones viejos, de calores que suenan
veo llegar la tormenta y simplemente cada día le tomo el tiempo que dura
por eso la espera de la siesta es la madriguera mas conocida de mi ser
sinceridad es el arma que nunca usa, que nunca se piensa en el
vuelo como si fuera oportunidades infinitas, gustos de espera
flautas de decadencia, de dolor, de resignación, de la simple demora.
cuando llego el día de los 22, mire la belleza que no existía
acepto que nunca la encontré, no supe la sencillez de la vida incompleta
golpee mi propia puerta, caí en el fango de la melancolía
baile en mi cabeza, termine la canción que comencé a los 16 o algo mas
grillos de soledad, espera de sonidos, para estar acá
la edad en la que estoy no es la vejez, tampoco digo que nací ayer
notar que puede ser la cercanía de calor, como el pájaro en el sol del antes
para que estar en las noches despierto, si mi arte duerme, cada vez mas en la muerte.
maldito cuerpo de 22, maldito juego de lo nuevo, maldito cielo, maldita vida llena de cuentos insatisfecho y de delirio de lugares paradisíacos….
Brayan Moncada Sanabria.
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