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MADRE

MADRE
 
Como la luz que,  por el prisma herida,
se sangra en variadísimos  colores;
tu femenil virtud trueca en amores
la áspera inclemencia de la vida.
 
Eres mujer en santa convertida
que, en la fragua del parto, con dolores
inciensas con fragancias de las flores:
milagro de la carne repetida.  
 
Hace rato te fuiste de mi lado
para ir a la mansión del Dios Eterno
a recibir el premio merecido.
 
Ahora, el corazón desconsolado,
sin la presencia del amor materno,
solloza en su dolor….desprotegido.

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