POEMA EN VERSOS ENDACASÍLABOS BLANCOS, PARA LOS ADMIRADORES DE SAFO, SWINBURNE Y BORGES
POEMA EN VERSOS ENDACASÍLABOS BLANCOS, PARA LOS ADMIRADORES DE SAFO, SWINBURNE Y BORGES
Solo tengo, en verdad, lo que he perdido:
mi infancia, mi inocencia, mis recuerdos,
todo lo que he dejado en el camino,
las cosas que no tengo…. lo olvidado;
los caricias furtivas que me diste,
y los sueños azules que se han ido.
Voy, desnudo, viajando por el mundo
llenando de pedruscos el sendero,
de mi deshecho corazón herido,
que trueca en versos su dolor augusto.
Y me digo, tal vez, por consolarme
que el Ágora de Atenas ya no existe,
que el verbo prodigioso de sus vates
no supo soportar la lejanía,
y llegaron sus olas, a las playas
de los tiempos futuros, apagadas,
para empezar a ser en los oídos
de los que amamos la belleza antigua
que es la única belleza concebible.
Friné no escancia el vino en su taberna,
no ha vuelto a modelar para la Venus,
ni Hipérides ha vuelto a defenderla.
No ha cantado otra vez para Anactoria
la poeta de Lesbos, nueva musa,
que me obliga a escandir igual que en Swinburne
cuando quiero entender su amor profano.
El Homero argentino nos repite
lo que antaño dijeron los egipcios
que después de la muerte sólo hay vida
y que sólo lo que se ha muerto es nuestro;
que el único posible paraíso
que podemos hallar sobre la tierra
es el perdido por Adán y Milton.
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