Recorríamos los bosques en la noch… Yo leía un poema de Pessoa, susurraba despacio: por esos sotos, antes de nosotros, pasaba el viento cuando había vien…

La calle en donde tú y yo nos vemo… guardará ese aire a ningún sitio, a soledad tristísima o a muerte. Yo buscaré tu huella en otros cuer… el agua que en mi mano santifique

Pues sí, es muy extraño que no exi… James Ensor, en Ostende, algún lu… que recuerde que aquí pintó sus cu… que aquí sufrió, usted, su pesadil… Pero también extraño es ese sueño

Tiniebla y lejanía en mi conmueven Las ciegas criaturas que el silenc… Engendra desde el sueño o de la mu… Las dos en mí a solas van llenando Sutiles copas, cálices sombríos,

Como una sombra más recorro estas calles: Impúdico cadáver doblándose en su… bestia que reconoce ese gotear de… al borde del abismo.

Pienso en sus ojos y la imagen permanece como una confirmación del sueño. E… se detiene en mí. Miro la sombra.… de la daga en el piso.

Acaso sueño o duermo. ¿Quién lo s… ¿Qué prodigios el reino me confier… De luz y sombra un sueño ya me hie… Un sueño que en mi sueño nunca cab… El suplicio del hombre es el del a…

¿Dónde estaría yo de no haber sido Éste que ahora deambula en corredo… ¿Sobre qué sombra busco los rigore… De la luz en las puertas del olvid… ¿Dónde estaría yo sino en la nada,

Descanso ante la antigua puerta os… Miro sus suaves bordes, su madera Que tan paciente guarda la certera Oscuridad que su interior procura. Rozo la aldaba en vano. Nadie vie…

Por las puertas de cuerno y de mar… He adivinado un rostro. Sigo un s… La penumbra me envuelve con empeño… Pienso en Homero y en el torvo al… Que, sin saberlo, borra mi memoria

La belleza que pasa como el sueño, Fugaz, inabarcable, sin destino, Se detiene un instante sobre el la… Descubre la mirada o el cabello, Vuelve en oro la sombra, los ocaso…

Nadie me nombra. Nadie a mi me es… Más solo que la noche, soy la noch… Más solo que la sombra, soy la som… Menos que el vino soy, menos que e… A qué sitio del tiempo me condenan

¿Quién diría que la sonrisa es falsa, la sonrisa piadosa como dádiva, tristemente dibujada

Ardo en la llama. Ardo. Sin otra… Cuando el mudable fuego va trenzan… y una máscara sangra hasta el deli… Cuando de nada sirven las lesiones… y una copa de vino alzada a nuestr…

Dicen que en la penumbra el cancer… espera tan paciente que su aullido no termina ya nunca, y que ese aul… Hiela el alma y el sueño del guerr… Hesíodo le concede tres cabezas;