#EscritoresEspañoles Carolina Coronado
¡Extremada bizarría! ¡Rendimiento cortesano! ¡Bondad la del castellano consumadísima es, pues con una dama altiva
Llevadme a contemplar su estatua b… llevadme a su soberbio mausoleo... ¡Ah! que olvidaba, Hernán, en mi… que éste es mezquino e ilusoria aq… ¿y en tu patria por qué? ¿qué dist…
Siempre en la noche, compañeros mí… los árboles, la luna, los luceros, mas ninguno de tantos compañeros me demanda jamás ¿por qué suspiro? A la luna le cuento mi cuidado
¡Cuál brilla su alba frente de angélica pureza!... ¡Cuál vierte su mejilla el candor infantil! Exhalan el aliento
¡Salud prole gallarda!, salud hijo… en quienes tiene fijos sus ojos la nación que en vos conf… las madres orgullosas sus frases cariñosas
¿Cómo te llamaré para que entienda… que me dirijo a ti ¡dulce amor mío… cuando lleguen al mundo las ofrend… que desde oculta soledad te envío?… A ti, sin nombre para mí en la tie…
«Quiero escribir —mi insuficiencia… principio y ceso—de lo malo poco». Y yo que no sé hacer dos versos bu… aún debo escribir menos.
Corona ciñe el triunfador guerrero ¡Ay! ¡más corona a las naciones ca… es ésa que la gloria le prepara con la punta sangrienta de su acer… Tú, modelo del noble caballero,
Existe entre ti y mi alma una dulce inteligencia, mitad cariño en su esencia y celos la otra mitad, Yo no sé, niña graciosa,
Sólo en el pobre altar del pueblo… adoré yo al Señor —una mañana: un templo veo junto a hermoso río que embelesada miro... no es Guadi… De árboles tiene pabellón sombrío,
¿Cuál de las hijas del verano ardi… cándida rosa, iguala a tu hermosur… la suavísima tez y la frescura que brotan de tu faz resplandecien… La sonrosada luz de alba naciente
Presurosas huyeron las horas del verano caluroso: del álamo frondoso las hojas se cayeron: otra estación mi vida
¡Vive Dios que es el siglo diez y… de Álbumes tan fecundo semillero, que a formarlos parece que se atre… el mismo Satanás hecho librero! Así cuando al infierno se los llev…
¡Jesús! la tremenda guerra que movéis a mis canciones me maravilla y me aterra. ¿No salen en nuestra tierra por las damas campeones
Tú, huéspeda de villa populosa, yo de valle pacífico vecina, tú por allá viajera golondrina, yo por aquí tortuga perezosa: tú del jardín acacia deliciosa,