#Españoles #Mujeres #SigloXIX #SigloXX Carolina Coronado
Libre será la voz, fuerte el alien… sonoro el instrumento que vuestro canto, Alfonso, han so… cuando torpe y doliente la humanidad presente
Venid, pastoras, el milagro hermos… del niño Dios a ver; posa en el he… tiene inclinado el rostro albo y s… sobre su descubierto hombro gracio… bajo de sus bracitos, tembloroso,
¡Qué abatida estará, Señor, mi vi… cuando no te consagro ni un acento… ¡Qué hundido debe estar mi pensami… cuando así te abandona, así te olv… Preséntasme la tierra florecida,
De niña, el riachuelo y las aves también me divertían, y cuantas por el suelo lindas flores se abrían, a mi regazo fáciles venían.
La niebla del diciembre quebrantab… del sol los melancólicos fulgores cuando en mi corazón de tus amores el acento primero resonaba. El segundo diciembre se acercaba
¿Por qué tiembla? —No lo sabe. ¿Qué aguarda en el lago? —Nada.— De las aguas enlazada a los hilos su raíz, el movimiento suave
No lo toméis a consejo, pues vos para aconsejado y yo para consejera inútiles somos ambos: vos, señor, porque contáis
¡Que teniendo, Cesarina, en tu hermosísimo rostro ojos tan claros y bellos me mires con malos ojos! ¡Que siendo risueño y blando
El bueno, el justo, el santo, nos da dulce convite, alcemos nuestro canto de eterna gratitud: por este pan suave
Ruéganme que sin enojo estampe mi firma aquí; tomo la pluma, la mojo, sacúdola y hago así.
Ya el enemigo de la patria mía, el genio de la guerra destructora dobla rabioso la falange impía ante la paz gloriosa y vencedora. Cesó el llanto y la sangre y la ag…
Una corona, no, dadme una rama del adelfa del Gévora querido, y mi genio, si hay genio, habrá ob… un galardón más grato que la fama. No importa al porvenir cómo se lla…
¡Oh Dios! nacer mujer es triste c… desventurada suerte nos rodea, ¡Ay infeliz de la que nace hermosa… Y ¡ay infeliz de la que nace fea!
Si las flores del jardín mueren, joven, con el día, también las de mi poesía muerte igual tendrán al fin aunque un poco más tardía.
El fin de todo busca el alma mía porque en esta existencia pasajera del más hermoso y regalado día siempre viene a turbarnos la alegr… el miedo del dolor que nos espera.