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De mi pieza veo la cordillera

Me sobrecoge la cordillera
blanca
Me recuerda que la vida es tan simple
como la nieve en la cordillera
me devuelve al cuerpo y me nutre como un festín de frutas y verduras
de temporada
primavera verano
Milán
Me sobrecoge la cordillera
enorme
Me recuerdo mi pequeñez y mi lugar
mi recorrido en la esquina de un mundo
Mi latido del corazón se siente como nunca el mas certero
Mis manos grandes laboriosas
Siento el útero pulsar en señal de mi fuerza
Siento todas las penas que se acumularon ahí
y a la cordillera abrazándome en un gesto contenedor
Llora mi niña
A ambas nos han cortado y nos han usufructuado
Nos estrujan por lo que saben que podemos darles
Pero no piden permiso, por favor ni gracias
Venga mi amor, y llore todo su útero
Todo ese mal amor
El suyo, el de su madre y el de la madre de ella
Llorémoslas a todas. Aquí a borde río, conteniendo a un país entero
Te espero
Me sobrecoge la cordillera porque siento que me entiende
Que me mira de vuelta y me pilla con la boca abierta
Embelesada de tanta belleza
Un cúmulo de historias y años
acumulándose para crear algo más grande que todas sus rocas por separado
Dejándose maquillar por una nieve blanca
o un verde rubor
Dueña de su punta e hija de su base
Del útero eres y en útero te convertirás
Algo así
Dejando caminar a los gatos y pumas en mis rincones
Siendo casa, fuerte, barrera y deidad
Me gusta la cordillera porque se ve eterna
Sostiene los gritos de mil años provocados por silencios involuntarios de obediencia a la maldad

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