La luna llega al cuenco
y tengo frío
duele la historia y la genética al palpitar
la entraña rosa
caminan los soldados
al flujo de muerte
estéril
la tibia almohada
que adormece el grito
los pesos en las cienes
que recuerdan la vida
lo que confundo con la pena eterna
puede ser sólo
peo atravesado
pero me visita la luna
y me mece el cuenco