Poesía
Sólo hay que dejarla
fluir al soplo de la brisa
más tenue, al ritmo del
corazón.
Allí... estarás poesía.
Tal vez, en una tempestad
de Amor, en una campanilla
de sonrisas, en el llanto del
más puro desamor.
A lo mejor, te encuentras
en la mirada de una esperanza
desahuciada; en el grito de vida
del recién nacido; quizás, moribunda
en la crueldad humana o en el encanto
de las hadas. Allí... estarás poesía.
Por ventura, vives renaciendo
en la alegría del infante que soñando
despierto construye un universo.
Muy probablemente en la inocencia
que el desgaste de los años concede
al anciano.
A caso, en la rosa que da su vida
para ser dádiva de algún enamorado.
Allí... estarás poesía.
Posiblemente, estés soñando
en la finitud de la noche
o en la resurrección del día.
Eternamente en la voz que se alza
ante la opresión de la mordaza...
Quizás, oculta estás, en las historias
que cada cual, acuesta
lleva a su espalda, día a día.
Tal vez, allí, estarás poesía...
