corrompiste mi alma
con tu insinuante hermosura.
Con tu picardía despertaste
en mi ser,
el deseo de tener una mujer.
Mi vida de inocencia cambiaste,
por una vida de lujuria y placer.
¿Donde está mi inocencia?
Lejos se ha ido.
Aquella que mi niñez abrazaba,
que con ella jugaba
y con un beso de tus labios
para siempre acababa.