Llegaste como una bonita sorpresa a nuestra casa
Y con una carita inocente y tierna entraste a nuestro corazón
Con cada día que pasaba la felicidad ya no era escasa
Todos nuestros días estaban llenos de sazón
Siempre juguetona y ocurrida
Siempre traviesa y escurridiza
Dibujabas en nuestro rostro una sonrisa
Y en nuestro corazón, guardabas una memoria muy linda
Cada caminata fue memorable,
Sentir tu compañía era muy lindo
Cada ladrido se hizo inolvidable
Creer que me hablabas era casi divino
Como quisiera que el tiempo se detenga
Y que la muerte pare su cruel marcha
Sin embargo, todo fluye, aunque se lo retenga
Y todo llega a desvanecerse como la escarcha
Jamás olvidaré tus ladridos ni tus lengüetazos
No olvidaré la sensación de tu pelaje ni de tus patitas
Hoy mi corazón se queda lastimado
Pero no pierde la esperanza de volverte a ver,
Para descansar juntos entre lirios toda la vida.