No te enamores de un artista
No te enamores de un artista si para ti el silencio no es algo digno de ser escuchado.
No te enamores de un artista si no te gusta lo excéntrico, lo raro, lo distinto, lo ridículo, lo profundo, lo absurdo, lo apasionado.
No te enamores de uno si en tu mente no existe algo distinto, que te lleve a reflexionar por horas solo viendo una fotografía, una pintura, una película o leer un libro.
No te enamores de un artista si en tu vida no existe la pasión.
¿Qué es la vida sin pasión?
¿Podría sentirse vivo alguien sin pasión? Sin pasión de viajar, de descubrir algo nuevo, de crear.
La pasión es vida porque es en ella dónde nos descubrimos locos, llenos de miedo, de deseos explosivos, de sueños, llenos de euforia o de agonia.
La pasión es vida porque es en ella dónde nada nos inhibe a sentirnos y a sentir.
Pero sobre todo no te enamores de un artista si no estás dispuesto a dejarlo libre con sus “rarezas” y sus emociones complicadas.
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