#Mujeres #Nicaragüenses #SigloXX #SigloXXI
No preciso conceptos. No más divagaciones ni teólogos discursos que anestesien mi herida. Tus palabras preciso,
Porque aprendí a quererme puedo sangrar con tus heridas.
Ese beso de ayer me abrió la puerta y todos los recuerdos que yo creí fantasmas, se levantaron tercos
Tu muerte te congela estás inmóvil mi vida en cambio fluye y me acerca veloz
Has entrado al otoño me dijiste y me sentí temblar hoja encendida que se aferra a su tallo
Brilla el agua en mi piel y no la siento corre a chorros el agua por mi espalda
Muero de a poco, amor no es la muerte sorpresa que deseaba la que libera y lanza
Es extraño este huésped este amor cuanto más me despoja más me colma.
¿Qué fue de ese poema que no pude atrapar el que pasó rengueando frente a mí con las alitas rotas?
Estimado señor: Esta carta la escribo en mi cumple… Recibí su regalo. No me gusta. Siempre y siempre lo mismo. Cuando niña, impaciente lo esperab…
Dame tu mano amor, no dejes que me hunda en la tristeza. Ya mi cuerpo aprendió
Mi querido Odiseo: Ya no es posible más esposo mío que el tiempo pase y vuele y no te cuente yo
Soy una chispa en la tierra un desahogo fugaz del corazón que nos piensa.
Quiero entrar a la muerte con los ojos abiertos abiertos los oídos sin máscaras sin miedo
Hoy es noche de sombras de recuerdos-espada la soledad me tumba. Nadie que aguarde mi llegada con un beso