Adentro de paredes sufres miles
yo te espero en la puerta con el fresco,
de millones de justos invisibles
tu silla está muy cerca a lo grotesco.
Ya no estoy incompleta entre gentiles
se escapa de mi cuerpo el parentesco:
los cambistas de joyas y fusiles
y el ruido de las sedas tan burlesco.
El lobo se quedó sin la pastora;
ganado el equilibrio entre las redes
con tanta realidad abrumadora.
Sin fondo el corazón bajo la cera:
de peldaño en peldaño entre paredes
¡súbitamente luce la escalera!