Que perdida de tiempo, otra vez aquí escribiendo, las siguientes palabras son las bienaventuradas emociones de un incomprendido, fuera de ser una víctima, soy un favorecido, un tipo realmente rico. Soy a menudo premiado con bellos actos, de entrega y  amor, actos de magnitudes eternas, imposibles de retornar, como ya sabrán, esto hace bien y hace mal.
Soy testigo de las más espantosas situaciones, de violencia y desigualdad, es ahí cuando decido emanar luz antes de sumergirme en la maldad.
Me premian, algunos me dicen con firmeza “llegaras lejos, seras grande” y están los que con seguridad alegan “no eres nadie, a nada llegarás”..
Quiero que estas palabras se guarden dentro de una botella y se las lleve el mar, y las encuentre el incomprendido de algún lugar.
Sigo amando ciegamente al que almenos se sentó a escuchar, y a su vez siento pena por lo que me puede llegar a contestar, me gusta ayudar, abandonando todo interés personal, la causa es lo primero y mi trofeo es la gloria, el conocimiento es trayectoria y por eso me cuesta quedarme en una oportunidad.
no me dura el trabajo ni el paraje, solo tengo soltura y me adapto al oleaje, doy a Dios lo que es de Dios y el César puede esperar, de ahí que debo a un pueblo pero vivo sonriendo así el cielo me guarda  lugar..
Todo me favorece, pues sabrás, a todo le saco filo no importa el material, me quedara chico el mapa cuando decida explorar, es difícil vivir en pena y sin gloria, así que mi madre y hermanos pueden esperar, pues no tendré economía, no me importa el material.
ser un incomprendido te hace ser más comprensivo
comprendo que a pesar de todo no debo dejar de aprender
comprender más de lo necesario te hace un triste ser vivo
entiendo, que si todos me entendieran no habría que entender.
Cuando encuentres esta botella recuerda que aqui hay un amigo, busco de reacción una lágrima y una mueca de sonrisa, la leas de risas o tragando agua de río, la vida es un péndulo y saberlo da esperanza renacer.