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A LA GOLONDRINA

 
 
GOLONDRINA DE IDA Y VUELTA (sextilla cuatrirrima)
 
Vendrá la golondrina no tardando
con sus vuelos rasantes, anunciando
que ya llega, por fin, la primavera
y la tierra se encuentra preparando
semillas, que después eclosionando
llenarán con sus flores la pradera.
 
Esto siempre sucede de por vida,
pues viene del lugar de su partida
guiada, mas sin brújula ninguna,
pues tiene ya en sus genes bien metida
la ruta, firmemente convencida
del lugar donde antaño fue su cuna.
 
No importan los kilómetros que vuele,
pues un ser superior es quien la impele
al regreso. También es a la inversa
y llegando el otoño, este ave suele
retornar hacia el sur, aunque le duele
retornar a una tierra que es diversa.
 
No falta un solo año y hace gala
de traer el buen tiempo bajo el ala.
 
LLEGÓ LA GOLONDRINA A MI ZAGUÁN
 
Llegó la golondrina a mi zaguán
donde el año pasado hubo nacido,
inspeccionando con calor el nido
en el cual otros pollos nacerán
 
y llegado el otoño partirán
también, a otro lugar desconocido
y de nuevo y en ciclo repetido,
como todos los años volverán.
 
Se cumple el rito indefectiblemente
al llevar en sus genes el mandato
que ha heredado y lo cumple con certeza
 
llegando sin dudar, y alegremente
comienza la faena de inmediato
y acondiciona el nido con destreza.
 
ESTE AÑO NO VINO LA GOLONDRINA
 
Aquella golondrina que en mi porche anidaba
durante muchos años, en esta primavera
no la he visto venir; aunque estoy a la espera,
pienso que ya es muy tarde, pues de siempre llegaba
 
a mediados de marzo, mientras yo replantaba
en mi huerto hortalizas que después recogiera,
cuando muy aparentes de colores las viera,
mientras ella en sus vuelos tan alegre trinaba.
 
Presumo que su ausencia no ha sido voluntaria,
que algo malo ha impedido que viniese este año
y tengo la certeza, cada vez más palmaria,
 
de que ha muerto de vieja, sin sufrir ningún daño.
Se me fue para siempre la gentil emisaria
que llegaba sin brújula, bien ajena al engaño.
 
GOLONDRINA VIAJERA
 
Se va la golondrina viajera
cuando ve que se fue su temporada;
supongo que se irá, cual flecha alada,
al lugar donde antes estuviera.
 
Allí se quedará; tras larga espera
volverá, por su instinto bien guiada,
que brújula no quiere para nada,
pues viene por su ruta muy certera.
 
Volando es un dechado de elegancia
y además a centímetros del suelo,
sin por eso mostrarnos la arrogancia
 
de otras aves que más cerca del cielo
pregonan dondequiera su prestancia,
mas no superarán jamás su vuelo.
 
LA GOLONDRINA
 
Golondrina viajera,
entre las cosas que anuncias
y jamás a ello renuncias
es traer la primavera,
 
que viene cuando tu llegas,
pero luego antes se va
y el relevo le dará
a calores veraniegas.
 
A cobijo haces el nido
con barro que luego seca
y de la ceca a la meca,
en vuelo ininterrumpido,
 
recorres todas las calles
de cada pueblo de España
y también por la campaña
de suaves montes y valles.
 
Vuelves al mismo lugar
y lo haces con tozudez
desde la primera vez
y nunca sueles fallar,
 
que aunque sin brújula vienes
para tornar a tu nido,
el certero recorrido
en tus instintos lo tienes
 
y así la casa que hiciste,
que en tu ausencia queda fría,
luego rebosa alegría
porque de nuevo viniste.
 
Tus familiares gorjeos
recorrerán el zaguán
y los ecos sonarán
con alegres campaneos.
 
Recuerdo que en mi niñez
una cosa se decía
de lo que este ave hacía
y lo oí más de una vez:
 
que alguien había visto
a las dulces golondrinas
arrancando las espinas
de la corona de Cristo.

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