AGRANDAS MIS DESEOS
Una caricia que de ti viniera
sería para mí como adelanto
de ese convite en el que pienso tanto
y tanto sufro por su larga espera.
Comenzar enseguida bien quisiera,
pues tú eres el convite y ya no aguanto
más tiempo sin gozar del dulce encanto
de amarte hasta el extremo que quisiera.
Mi deseo por ti crece y se agranda
cada vez más y con furor demanda
esos placeres que en tu cuerpo intuye
que has de tener, de acuerdo a tu figura,
creciendo al mismo tiempo la locura
que a la cordura y calma sustituye.
