Cargando...

CONSOLAR AL TRISTE ES UN DEBER

Quisiera ser el pájaro que canta
y alegría reparte por doquier,
pues qué cosa mejor se puede hacer
que despachar tal medicina a manta.
 
Si la tristeza es dolorosa y tanta
que incluso impide un mínimo placer,
tenemos que pensar que es un deber
consolar a quien sufre y tanto aguanta.
 
Después de todo, consolar al triste
no cuesta nada que yo sepa al menos
y no sería tanto si doliese
 
y en todo caso, ni existió ni existe
manera de poner trabas y frenos
a quien lo quiera hacer pese a quien pese.

(2015)

Otras obras de Cristino Vidal Benavente...



Top