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EL AMOR NUNCA MUERE

 
 
El amor, si se acaba, no merece
tal nombre, pues recuerda a lo marchito,
cuando este sentimiento es infinito
y en lugar de morirse, reverdece
 
frondoso, porque el hábito enardece
consiguiendo aumentar el apetito
y de ese modo ya estará expedito
el camino por donde a gusto crece.
 
A no dudar, la misma gloria ofrece
y cuenta para ello del prurito
del placer que hasta incluso empalidece
 
a cuanto sea ajeno a lo bendito
y en el alma su esencia permanece
al no encontrarse nunca el cuerpo ahíto.

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