EL PECADO Y SU PENITENCIA
En el pecado está la penitencia
y miente quien dijera lo contrario,
porque sin duda es infeliz calvario
lleno de una terrible virulencia,
elevada a la máxima potencia,
la que sufre el autor, ya que en precario
se encuentra, como un triste presidiario
de la intranquila voz de su conciencia.
En el desasosiego consiguiente
el pecador se sume cada día
sin poder descansar por haber hecho
lo que no debió hacer y ya en su mente
para siempre ha de estar tal felonía
fresca, por que el recuerdo está al acecho.
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