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ENCONTRÉ EL PARAÍSO BUSCADO

 
 
Buscando el paraíso me encontraba
y al verte sonreír me dije “eureka”,
pues aquélla tu sonrisa era la meca
a la que mi deseo me llevaba.
 
Tal era la dulzura que mostraba,
que presto la tomé como hipoteca
y sigo eslabonado en esa rueca
atado fuertemente por su traba.
 
Me encuentro de tus gracias prisionero
en cárcel sin barrotes ni guardianes,
gozando intensamente y por entero
 
y ojalá que por siempre mis afanes
de estar juntos se cumplan. Soy acero
que siente la atracción de tus imanes.

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