FALTA SOLIDARIDAD
Pobre quien de sí mismo no dependa
y lo tenga que hacer de algún extraño,
pues va a necesitar bota y merienda
para solucionar un triste apaño.
Favores nadie te va a hacer de balde,
que eso ya entre la gente no se estila
y entrar hasta el despacho del alcalde
cuesta un ojo y del otro la pupila.
La solidaridad que antes ha habido
se fue hace mucho, mucho tiempo, al traste,
donde se ha refugiado en el olvido
cansada de sufrir tanto desgaste.
Promesas es lo más que se consigue
y vamos aumentando el suma y sigue.
