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POR EL CAMINO DE LA VIDA

 
 
Sorteando las piedras del camino
vamos todos con más o menos suerte,
a los dictados de un fatal destino
que nos conduce hasta la misma muerte.
 
A pesar de los muchos aquilones
de los que disponemos en la vida,
tenemos multitud de tropezones
en ella, que olvidamos enseguida.
 
Seguimos impertérritos y ciegos
y sin hacer al empirismo caso,
por tener tan inflados nuestros egos
que no admiten siquiera un “por si acaso”.
 
¿Es tan difícil el decir amén
a las cosas ajenas que estén bien?

Otras obras de Cristino Vidal Benavente...



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