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POR EL CUMPLEAÑOS DE MI ESPOSA

Primer soneto
==
 
Ya son ochenta y ocho los cumplidos
aunque no lo parezca ni de lejos,
porque sigues teniendo los reflejos
de siempre y otros pocos añadidos.
 
Desde que estamos en la vida unidos
nos encontramos ambos muy parejos
en casi todo y en tocante a viejos,
no nos daremos nunca por vencidos.
 
Seguimos con las mismas ilusiones
y eso sumado a otras cien mil razones
hace que estemos jóvenes por fuera,
 
por dentro, por arriba y por abajo,
la vejez nos importa ya un carajo
y la estamos saltando a la torera.
 
Segundo soneto

 
Cumples ochenta y ocho en este día
aunque por apariencia son setenta,
que hasta pudieran ser unos sesenta
y quizás cinco menos todavía.
 
Cuando me fijo bien, me atrevería
a decir alto y claro que cincuenta,
porque es muy lógico tener en cuenta
que la opinión que vale aquí es la mía.
 
Si sabré yo los años que has cumplido
por los muchos de habernos conocido,
que aun no siendo ni mucho menos miles,
 
bastantes son y más que suficientes
para aclarar que fuimos pretendientes
al mutuo amor a tus catorce abriles.
 
Tercer soneto
==
 
Cumples ochenta y ocho en este día
aunque menos tu físico aparenta,
que bien pudieran ser unos setenta
y quizás fueran muchos todavía.
 
Y para ser más justo, te diría,
que si lo pienso bien y hecho la cuenta
una vez más, puedes estar contenta,
porque ni a los sesenta llegaría.
 
Como sigas así, ten por aseguro
que me vas a poner en un apuro,
porque al vernos dirán: dónde irá el viejo
 
con tal bombón del brazo, si no puede
ni con su alma, ¿será que lo hace adrede
para quizás quitarse su complejo?
 
Ante un buen vino añejo
ningún otro podría compararse,
así que punto en boca y a callarse.
 
Cuarto soneto
==
 
Ya son ochenta y ocho los cumplidos
precisamente en este mismo día
y espera muchos más, pues todavía
conserva intactos todos sus sentidos.
 
Serán a su llegada bienvenidos
con idénticas muestras de alegría
que cuando a nuestros hijos me traía,
pues con gran pompa fueron recibidos.
 
Yo la veo tan bien, que me parece
que el tiempo casi nada la envejece
y eso la incita a trabajar como antes
 
para hacer los quehaceres que ya tuvo
y como el ánimo también la subo,
ambos nos encontramos tan radiantes.

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