Un poeta que observa rosas y tardes amarillas.. dijo “tal como el gran cielo nocturno, siempre hay una estrella que brille en lo oscuro”, quiso tener una estrella para el, pero, sus intentos por obtenerla no eran de gran satisfacción, un día se dijo a si mismo que no lo lograría y termino por rendirse... desanimado, susurro a las estrellas que le compartan de su luz, pero, lo único que escuchaba era un hermoso ronroneo, pasaron las horas, los días, los meses... susurrando y suplicando por un poco de felicidad, solo escuchaba el hermoso ronroneo de un ser de completo misterio y de pelaje amarillo como el atardecer a la puesta de sol, ya no se sentía lánguido, y alegre observa, que al llegar la noche fría, su estrella se acomoda en el y ronronea compartiendole dulcura... como un atardecer, amarillo a la puesta del sol.