04.08
Las oportunidades son extrañas, se presentan en forma de comentario, de guiño, de invitación; en un apretón de manos hay tanto dicho como en un mar de elogios para adornar una presentación; tanto así  que no se logra comprender el protocolo de la oportunidad, pero luego de entregada solo queda resistir su peso.  Hay momentos que las oportunidades son indiscretas, se dicen tal cual son: un negocio, se presentan desnudas y sucias, es tan así que el ego se salpica de una serie pensamientos de sabotaje que me engrandecen o minimizan ante la imaginación.
Debo decir que tengo miedo, no sé si seré capaz de asumir tales cargas cuando apenas imagino como el tiempo se cuartea en objetivos corporativos. Veo un destino gris detrás de un escritorio y una vista increíble, pero al fin de cuentas desde una oficina. Mientras tanto oigo un coro:

“A veces lo que más importa
son las caras largas, amargas las cargas
A veces lo que más importa
realmente no aporta y la vida te acorta”

Este agosto se abrió lleno de viajes, recorridos por lugares que nunca imaginé conocer y de personas muy bellas; la belleza no ha hecho falta. Me han rodeado personas, que aun que pasajeras, han hecho disfrutable el paisaje y hasta deseable el contacto, nuevamente.
Aquí vamos de nuevo, dispuesto y con muchos interrogantes frente al deseo que llevo por delante. Tendré que flexibilizar el sueño de nuevo y reconciliarme con la oscuridad porque me volverá a contener la ansiedad y los retrasos que toca solucionar a último momento. ¿Se han dado cuenta que la campana no suena hasta que amanece?

Poco a poco se recupera las ganas de contar, de coquetear.

06.07
Toto está sufriendo los achaques de la vida, evitables o retardables siempre y se cuide en compañía su salud. Toto es un perro,  me hace recordar una elegía de Unamuno sobre el fiel amigo. Aún no deja de comer y de mover su rabo con ahínco cuando se llena de emoción, pero es su dentadura donde reside la herida e infección más grave y bajo la escases que ahora me rodea, solo me quedan los cuidados paliativos para luchar contra la infección que se come su colmillo. Esperamos, como un sentimiento colectivo, su recuperación leve y prolongada hasta que el destino se cumpla.

18.05
Hoy he comido sin piedad gustosos antojos.

27.04
Otra vez.
Pensaba en la continuidad.
El teclado exige tácitamente; llega el pensamiento al frente del lóbulo frontal. Se riega sobre la frente hasta posarse entre ceja y ceja, pesa el condenado.
Escribir me mantendrá humilde claramente ja ja ja.
La atención es esencial para este ejercicio, aún me limito a describir mis alrededores y sensaciones como si estuviera improvisando, buscando qué contar; La atención se concentra en el decir, en lo que se ha dicho, se ha escuchado, se ha leído y tropezado, hasta reconocer un tema que está esbozando en su línea.
O perderse.

16.04
Reencontrarse con el teclado es una situación tanto así parecida a verse en el espejo. La primera sensación es la tensión del reflejo: es desbocarse en esa imagen que rebota y llena de curiosidad nuestra vista al revelarnos las formas que nos constituyen, así mismo, la escritura conduce a recrear un reflejo del pensamiento. Empiezo por esto porque lo primero que me impulsa a escribir es determinarme, como explicarme y descubrir, el propósito de responder a la pregunta ¿Qué quiero contar? Mis pasos, mis trabajos, mis días; busco registrar esta relación con la escritura que tengo abandonada. En caso de que no tenga nada qué contar propongo tres principios que me permitan retornar a este ejercicio en cuestión:

1. El caos nubloso de las ideas se agita cuando cerramos sus conductos.
2. La intensidad del sentimiento positivo o negativo es la medida del interés con que vives y cuentas el ahora de tu vida.
3. Para reconocer un tema y lo estrictamente real debes de ser honesto contigo mismo.