Nocturna
Poema a Nocturna
Esas miradas que fingen,
esas miradas sospechosas
Esa tarde.
Pobre infinito
que bordea aquel cielo
donde siempre huimos de noche.
Ese hombre y esa fantasía,
Hacen un eclipse
que no termina en oscuridad.
Solo caen gotas sobre el luminoso papel.
Se precipitan dentro de la tempestad.
Papel de isla
isla de refugio
evolución o milagro
entran y llegan
como náufragos
como las amapolas a Urubamba.
Es la fragancia de la libertad
que se extiende por tu pecho
y quieren llegar al final del camino
con sus corazones latiendo descompasados.
Son como el sol entrando a la calle
se lleva sus deseos
hacia la piedra grande
¡¡¡Hatunrumiyoq!!!
Se lleva la nocturna que yo la escribía cada día
se lleva a las niñas hacia la montaña
y también mi naufragio
que deje un día alborotado
por la plaza de Armas del Cusco.
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