Tenía una cifra tu blanco pañuelo, roja cifra de un nombre que no era el tuyo, mi dueño. La fina batista

Convengo de cualquier modo. No son raras hoy las víctimas, y es preciso, en el mercado donde todo se cotiza, que se derrame y se busque

Torres de Dios! Poetas! Parrayos celestes, que resistís las duras tempestades… como crestas escuetas como picos agrestes,

Sobre el caro despojo esta urna ci… un amable frescor de inmortal siem… que decore la greca de la urna vot… en la copa que guarda rocío del ci… una alondra fugaz sorprendida en s…

EL mar como un vasto cristal azog… Refleja la lámina de un cielo de z… Lejanas bandadas de pájaros marcha… El fondo bruñido de pálido gris. El sol como un vidrio redondo y op…

¡Su padre los echa! Yo, ha poco,… soberbio, iracundo, lanzarlos de a… No importa, hijos míos; diré como… «¡Dejad a los niños que vengan a m…

Joven, acérquese acá, ¿Estima usted su pellejo? Pues escúcheme un consejo, que me lo agradecerá: Arroje esa timidez