Tenía una cifra tu blanco pañuelo, roja cifra de un nombre que no era el tuyo, mi dueño. La fina batista

Marqués (como el Divino lo eres),… Es el otoño y vengo de un Versall… Había mucho frío y erraba vulgar g… El chorro de agua de Verlaine est… Me quedé pensativo ante un mármol…

Yo quisiera cincelarte una rima delicada y primorosa como una aúrea margarita, o cubierta de irisada

–Yo soy Gaspar. Aquí traigo el in… Vengo a decir: La vida es pura y… Existe Dios. El amor es inmenso. ¡Todo lo sé por la divina Estrell… –Yo soy Melchor. Mi mirra aroma t…

EL mar como un vasto cristal azog… Refleja la lámina de un cielo de z… Lejanas bandadas de pájaros marcha… El fondo bruñido de pálido gris. El sol como un vidrio redondo y op…

En la pálida tarde se hundía, el sol en su ocaso, con la faz rubicunda en un nimbo de polvo dorado. En las aguas del mar, una barca,

Cantaba como un canario mi amada alegre y gentil, y danzaba al son del piano, del oboe y del violín. Y era el ruido estrepitoso

Un gran vuelo de cuervos mancha el… Un soplo milenario trae amagos de… Se asesinan los hombre en el extre… ¿Ha nacido el apocalíptico Anticr… Se han sabido presagios y prodigio…

Pues tu cólera estalla, justo es que ordenes hoy ¡oh Padre… una edición de lujo del infierno digna del guante y frac de la cana…