Cargando...

Que el amor no admite cuerdas reflexiones

Señora, el Amor es violento,
y cuando nos transfigura
nos enciende el pensamiento
la locura.
 
No pidas paz a mis brazos
que a los tuyos tienen presos:
son de guerra mis abrazos
y son de incendio mis besos;
y sería vano intento
el tornar mi mente obscura
si me enciende el pensamiento
la locura.
 
Clara está la mente mía
de llamas de amor, señora,
como la tienda del día
o el palacio de la aurora.
 
Y al perfume de tu ungüento
te persigue mi ventura,
y me enciende el pensamiento
la locura.
 
Mi gozo tu paladar
rico panal conceptúa,
como en el santo Cantar:
Mel et lac sub lingua tua.
La delicia de tu aliento
en tan divino vaso apura,
y me enciende el pensamiento
la locura.
Preferido o celebrado por...
Otras obras de Rubén Darío...



Top