#Modernismo #Nicaragüenses #SigloXIX #SigloXX #1887 #Rimas
El mundo en sus ejes rueda en continuo movimiento sobre el humano cimiento... Así rueda el pensamiento de Don José de Espronceda.
Amar, amar, amar, amar siempre, co… el ser y con la tierra y con el ci… con lo claro del sol y lo oscuro d… amar por toda ciencia y amar por t… Y cuando la montaña de la vida
Yo persigo una forma que no encuen… botón de pensamiento que busca ser… se anuncia con un beso que en mis… al abrazo imposible de la Venus de… Adornan verdes palmas el blanco pe…
Tengo de criar un perro, ya que en este mundo estoy. No me importa lo que sea, alano, galgo o bull-dog; lo quiero para tener
Ínclitas razas ubérrimas, sangre d… espíritus fratemos, luminosas alma… Porque llega el momento en que hab… lenguas de gloria. Un vasto rumor… mágicas ondas de vida van renacien…
Soy sabio, soy ateo; no creo en diablo ni en Dios... (...pero, si me estoy muriendo, que traigan el confesor).
Metro mágico y rico que al alma ex… Llameantes alegrías, penas arcanas… Desde en los suaves labios de las… Hasta en las bocas rojas de las gi… Las almas harmoniosas buscan tu en…
En su país de hierro vive el gran… Bello como un patriarca, sereno y… Tiene en la arruga olímpica de su… Algo que impera y vence con noble… Su alma del infinito parece espejo…
En el libro lujoso se advierten las rimas triunfales: bizantinos mozaicos, pulidos y raros esmaltes, fino estuche de artísticas joyas,
Torres de Dios! Poetas! Parrayos celestes, que resistís las duras tempestades… como crestas escuetas como picos agrestes,
¡Ya viene el cortejo! ¡Ya viene el cortejo! Ya se oyen… la espada se anuncia con vivo refl… ya viene, oro y hierro, el cortejo… Ya pasa debajo los arcos ornados d…
Libre la frente que el casco rehús… casi desnuda en la gloria del día, alza su tirso de rosas la musa bajo el gran sol de la eterna Harm… Es Floreal, eres tú, Primavera,
Sobre el jarrón de cristal hay flores nuevas. Anoche hubo una lluvia de besos. Despertó un fauno bicorne tras un alma sensitiva.
¡Argentina! el cantor ha oteado desde la alta región tu futuro. Y vio en lo inmemorial del pasado las metrópolis reinas que fueron, las que por Dios malditas cayeron
En la pálida tarde se hundía, el sol en su ocaso, con la faz rubicunda en un nimbo de polvo dorado. En las aguas del mar, una barca,