El tiempo
Metro
“Solo un trayecto de ida hacia el Palacio. Distinto tiempo, lugar y conciencia, además de un reflejo cambiante en el cristal. Un ajetreo da cabida a una sonrisa al empezar y en la siguiente parada, la ignorancia y la felicidad bajo un rostro de ángel. Lástima que los truenos y la lluvia no tarden en llegar, pero como en toda vida, sube al vagón intempestivo amor. Amaina el tiempo, pero trunca el trayecto. No controlas los años, solo le miras a los ojos y cuando vuelves a ver tu reflejo, te das cuenta que Palacio ya no está tan lejos”.
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