#EscritoresCubanos #EscritoresMatanceros #ParaNiños
Ocho mulitos tiene mi arria y todos suben por la montaña. Se ve salpicado el río
La Habana es como una hermosa, limpia, fresca, alegre casa: sus puertas, de par en par, invitan a visitarla. Aquel que a Cuba respete
Zapatero de mi pueblo: usa clavitos de plata en el par de botas nuevas que quiero para mañana. Han de ser de cuero rojo,
Escóndete, caracol: no asomes tus cuernos largos. Cuando salgas de paseo no saludes a los pájaros, ni con otro caracol
Sobre el mar hay una barca, sobre la barca un barquero, sobre el barquero
¡Que ruede la rueda de pan y canela! Que llegue al campo, que busque el trigo, que diga al agua
Prende tus luces cocuyo de marzo: esta es la noche de hablar con el gallo. Compartiremos
Naranja sobre limón, sobre limones el agua: agua fértil de represa, agua de la nube blanca. Finas espigas de arroz,
De la lunita nueva vuela una garza; tiene el cuello nevado, de azul las alas. Volando viene
Siete relojes, siete semillas, siete pelotas y una sombrilla. Siete burbujas,
Cinta de arena para la nena. Gorro de sal para el coral. Y para el sol
En el pozo viejo el sapo se baña; la luna, traviesa, se mete en el agua. En el pozo nuevo
El caballo negro iba por un trillo: cada paso suyo bordaba el camino. El caballo ruano
En la casa que recuerdo, en la casa, entre el naranjal y el cielo: plátano indio, plátano congo,
Viajaré a la luna desde el campamento con su colorada pañoleta al cuello. Para complacerla