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HAY UN SER

Hay un ser
cuyo cuerpo retorcido
como ramas nudosas
de un árbol viejo,
y su cara tan horrible
que apenas puedes posar la mirada.
 
Eso representa la parte
externa de su corazón,
negro como la noche más oscura,
odio, amargura y envidia rezuman
de su alma condenada antes de morir.
 
Él no sabe hablar, muge las palabras
las escupe con ansia devorando a las personas
como Saturno devoró a sus hijos,
su saliva es ácido corrosivo
su boca ni el mismísimo satanás besaría sin vomitar,
mentir es su religión, hacer daño su dios.
 
Cuándo está el ambiente
se vuelve sombrío
ni Caronte el barquero
lo querría subir a su barca
aunque llevará un saco de oro.
 
Se oculta bajo siglas
que nadie quiere ya,
vomitando maldades sobre los demás,
mortal fuego te consumirá
hasta que llegue la hora de la verdad.
 
Tortuoso y decadente llevas la maldad
donde solo los malditos llegan
el vértigo de la caída a los infiernos
no lo vivirás, allí el desprecio te lamerá.
 
Nunca Dios te perdonará,
ni tu energía podrás transmutar,
jamás podrás reencarnarte,
estás tan maldito que nadie te
dará una oportunidad.
 
El día que mueras la luna aplaudirá
el sol brillará con más fuerza que nunca,
flores se abrirán,
la naturaleza celebrará tu ida,
pero nunca gozaras de su cama
alguien te quemará y te enviará
donde los podridos están.
 
Hitler, Stalin, cientos de criminales
te esperan hambrientos,
alaridos de terror darás,
pero nadie te oirá.
Sangre muerta eres y sangre negra serás.
 
Yo te miraré y por primera vez
al mirarte me reiré.

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