SEDOKA
Te regalo mis manos, te doy mis ojos, te dono mi tiempo. Caen las hojas, otoño en nuestra piel,
Y miro mis piernas llenas de tus huellas, las muevo, las toco, me desespero. El carmín de mi boca
La brisa tibia de tu aliento en mi rostro trayendo un beso. Va abriendo nuestros labios y cerrando los ojos.
El color morado de la muerte, me pintaron en aquel bosque, de hojas negras y troncos rugosos, de mi cuerpo surgieron azucenas, de mis labios como los lirios, un
Hablan sus ojos, cuentan historias… cuando los abre de par en par veo felicidad en ellos, están tan abiertos que sonríen. Y, ¡Esa mirada de sorpresa!
Cae muy suave un poema en la nieve. Silencio blanco. Luna en la noche recopilando sueños.
Este saudade como tarde de otoño en el crepúsculo. ..................................… En la ventana
Si me quieres ayudar hazlo, tendié… si me quieres ayudar no me juzgues… no me dejes destrozada, tirada com… Porque hasta llegar a ti para pedi… el dolor me ha retorcido las entra…
—Miro hacia atrás y busco en mi me… de perdonarme: las promesas no cum… —A la vida solo le digo que me dej… lo que debía, que amé, amé mucho y… —Que aprendí de cada persona, que…
Somos los puentes de luz que unen la tierra belleza viva con el fulgor del cielo iluminando vidas
Tus muslos fuertes como las column… tus pechos de pezones rosáceos; de mármol blanco su piel rezuman leche que como un riachuelo recorren
Me miras vida tús ojos tan brillantes pasión del alma las yemas de tus dedos en manos firmes
Hay pecados que son una delicia tan exquisita que no hay confesiones ni sacerdotes que puedan perdonar. Una vela roja recorre mi pecho
Susurro te amo cuando sueño contigo besos de fuego Las briznas de hierba mecidas por la brisa
Chica, aún no eres una mujer ¿qué haces en ese bar un viernes n… Estás fumando, sabes que está proh… el jefe del bar quiere tenerte. Chica aún no eres una mujer