RÉQUIEN POR UN SUEÑO
La soledad me come, me roe, como un gusano
come la morera,
quiero gritar pero no puedo,
solo susurro... dicen que si
juntas mil susurros sale un alarido.
La muerte y la vida las separa un delicado velo,
que a veces se rasga y nos deja mirar lo prohibido,
réquiem por los sueños, esos que murieron
entre lágrimas y decepciones.
Morfeo se llevó mi sueño
me convirtió en una zombi insomne,
que pasea por las calles del Albaicín
mis pies acarician la calzada de piedras
fría como la estatua de mármol de Miguel Ángel.
Me entrego a la noche con el cuerpo
desnudo, virgen de esperanzas,
me entrego regresando a mi origen
donde el milagro de la creación se cumple
sin soledades infinitas,
renaciendo como el ave Fénix...
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