Loading...

UN AMANTE EN GRANADA

Caminando por Gran Vía en Granada, de pronto te vi, mi cuerpo se estremeció, mis ojos cambiaron de color, al rojo pasión, vi sangre en el agua, ¿cómo puedo amarte así, después de lo que hiciste en mí?
Te veo cruzar, salgo de mi ensoñación y camino rápido, tacón de aguja, falda tubo, camisa blanca arremangada, una melena rubia y los ojos del mar, así soy yo, mis pies quieren volar, mis tacones resbalar, casi caigo al suelo, unas manos fuertes me sujetan, me envuelven, cierro los ojos, es él, lo sé.
¿Por qué corres? Miro sus labios, las mariposas se vuelven locas en mi estómago, me pega a él, me coge la melena y su boca recorre mis labios, lentamente al principio, con una locura salvaje luego, su lengua busca la mía, cristalina saliva saboreamos los dos. Toda la fortaleza se fue con el aire de Sierra Nevada, sentí que retrocedía. Este juego ya lo jugamos, siempre pierdo yo. Esta vez te follaré y te irás. Mi hombre moreno, nunca más. Sentirás mis pechos húmedos de sudor del movimiento en las embestidas, de los choques de las caderas, allí en aquella habitación de un hostal te comeré hasta que no quede un trozo de ti, te lameré hasta limpiar todo el sudor de tu piel. Sentiré tu lengua en mí y gemiré y gritaré, lloraré de placer y el dolor del adiós. Y allí en la cama, con la estatua de Colón frente a nosotros y una luna alba, te digo, no quiero que regreses, llévate tu corazón, no lo quiero. Y te di el beso más tierno que pudieron bordar los dioses. Me levanté, baje las escaleras, respiré la noche, tu aroma en mi cuerpo, sonrío y pienso lo que me gustan las vueltas que da la vida.

Other works by Dori Gômez...



Top