Entre mis piernas
cae la lluvia calándome
siento mi sangre palpitar,
gotas de agua resbalan
por mi boca.
Mi lengua recoge gotas
del aguacero, caen por
mi garganta, y quiero guerra.
En el contraluz se refleja tu figura,
mi hombre de pelo negro como cuervo,
ojos del acero más tierno,
con la pasión saliéndole
a borbotones por sus labios.
Me mira bajo la lluvia
tumbada en el balcón,
con el cielo como techo,
mojado y con la piel
ardiendo dibuja
círculos de amor en mi ombligo.
Sé que la guerra
la ganaremos los dos,
a batallas de besos,
de hambre de nuestra piel,
colisión de nuestros cuerpos,
enlazados en una pelea a dos.
Bendito sea el día
que nos conocimos,
que nos agarramos las manos
con fuerza, con miedo a perdernos.
Bendita tu mirada que entre
la lluvia me dice que
ya no puedes más,
sonrío y me dejo llevar
como la lluvia se deja caer
a los ríos, a la mar, mi mar.