Y ME VESTÍ COLOR ATAÚD
Conocerte fue ver el sol
dentro de mi pecho iluminando
cada centímetro de mi corazón.
Recuerdo tu pelo que mis manos
deseaban amasar, acariciar
tenerlo encima de mi piel,
moreno, tan alto... con esos ojos
verdes, que mordían mi boca
y no disimulaban las ganas.
No, nos volvimos a separar,
nos enamoramos locamente,
como esos amores de cartas
antiguas.
Hacer el amor contigo
era sentir orgasmos entre mis piernas,
perderme en tu mirada
mientras gemíamos y susurrabas:
Te amo.
Paseábamos por Granada,
nuestras manos enlazadas,
la vida se paraba en esos momentos
y quedábamos nosotros en un impás
de amor y deseo.
Y yo no paraba de pensarte con las manos y mirarte con la boca.
Si me das un momento te voy a querer toda la vida, le decía.
Y tú me mirabas como si fuera un tesoro, con miedo
a perderlo y me abrazabas fuerte, tan fuerte que a veces
dolía..
Puta vida, un terremoto enterró mi existencia,
sentí un vértigo terrible al ver que las puertas
y ventanas se nos cerraban.
