#Cubanos #Habaneros #Mujeres #PremioCervantes #SigloXX
A mis pies la hoja seca viene y va con el viento; hace tiempo que la miro, hecho un hilo, de fino, el pensami… Es una sola hoja pequeñita,
En la lluviosa tarde del otoño vam… El viento hace volar las verdes ca… Qué viento tan crudo el de este ot… Los muertos deben tener frío... Pero yo tengo la primavera. ¡Toda…
Todo lo que era monte aquí, en est… Todo lo que era flor está cantado;… Se sabe el color de mi primera mar… Contado se han los milenios que me… Los sabios dieron nombres a mis va…
De las veinticuatro horas del día,… Si me das veintitrés horas de cada… Esa es la hora tuya, y de tal modo… Es la hora en que yo me borro a mí… Cuando ella pasa vuelvo a abrir lo…
Vivía –pudo vivir– con una palabra… Murió con la palabra apretada entr… Echaron tierra sobre la palabra. Se deshicieron los labios bajo la… ¡Y todavía quedó la palabra apreta…
Mi sangre es como un río que me trae paisajes reflejados y borrados, paisajes de otras riberas que nunca vi. Es como un río largo y misterioso que yo me siento correr por dentro, y cuyo...
Has vuelto a mí después del gran silencio. Traes en los labios una palabra vencedora de la muerte, la única que en verdad pudo salvarse. Pero ella bastará para llenar el mundo de dulzur...
En la casa vacía han florecido roj…
No fue nunca. Lo pensaste quizás porque la luna roja bañó el cielo… o por la mariposa clavada en el muestrario de crista…
De amar mucho tienes la palabra qu… De amar mucho dejas amor en torno…
Cuando la ola viene impetuosa sobr…
La Araña gris de tiempo y de dist… tiende su red al mar quieto del ai… pescadora de moscas y tristezas cotidianas... Sabe que el amor tiene
¡Ay qué nadar de alma es este mar! ¡Qué bracear de náufrago y qué hun… y hacerse a flote y otra vez hundi… ¡Ay qué mar sin riberas ni horizon… ni barco que esperar! Y qué agarra…
Habló la nube, y dijo: –Soy y no soy. Estoy y ya dejé de… Habló la estrella, y dijo: –Tampoco yo soy yo. Millones de a… Habló el sueño, y dijo:
¡Cuántos pájaros ahogados en mi sangre, sin estrenar sus alas en el aire de Dios, sin acertar un hueco hacia la luz! Los esperaba la misma inmensidad del cielo, el libre espacio de las ...