Loading...

Poemas sin nombre: IV

Con mi cuerpo y con mi alma he podido hacer siempre lo que quise.
 
Mi alma era rebelde y, como los domadores en el circo, tuve que enfrentarme a ella, látigo en mano...
 
Pero la hice al fin saltar aros de fuego.
 
Mi cuerpo fue más dócil. En realidad, estaba cansado de aquel trajín de alma y sólo quería que lo libraran de ella.
 
No acerté a hacerlo; pero ahora, en paz con mi alma y acaso un poco en deuda con mi cuerpo, pienso que rebañé en los dos algunas migajas de Marta y algunas otras de María...
 
Migajas nada más; pero me bastan para poder decir, cuando me lo pregunten, que he servido al señor.
Liked or faved by...
Other works by Dulce María Loynaz...



Top