Que la vida no vaya más allá de tu… Que yo pueda caber con mi verso en… que tus brazos me ciñan entera y t… sin que afuera se queden ni mi sol… Que me sean tus brazos horizonte y…

El Señor me ha hospedado en este mundo, hecho por sus propias manos. Ha puesto un fino aire transparente para que yo pueda respirarlo y ver al mismo tiempo a través de él los hermosos p...

Son estos ojos míos los que me amarran al paisaje de mi ventana. Son mis oídos los que me impiden oír la música que no se oye con oídos. Son estos pies los que me obligan a afirmarme en...

La criatura de isla paréceme, no s… criatura distinta. Más leve, más s… más sensitiva. Si es flor, no la sujeta la raíz;… deja un hueco en el viento; si es…

Las hojas secas..., ¿vuelan o se c…

Te llevaste la lámpara, pero conmi…

Entre tú yo yo van quedando pocas…

Sed tienes. Y ahora, aunque arrancáramos todos los ríos de su entraña y los allegáramos trémulos, palpitantes, a tu boca, tu sed seguiría flotando por encima de las aguas en tumulto, im...

Ayer me bañé en el río. El agua e… El agua estaba fría; chocaba contr… Y mientras todo el río iba pasando…

Si puedes ser feliz con estos ojos míos, con esta boca mía, tuyos son; yo te los doy. Si te basta esta forma, este calor pequeño, este estar sin estar que soy yo misma, para nadie más h...

¿En la vara de Moisés, el de la cabeza flamígera, o en aquella humilde, reseca piedra del desierto? ¿O estaba, desde antes, en la enfebrecida sed, capaz de fecundar arroyos en cada pied...

Señor que lo quisiste: ¿Para qué habré nacido? ¿Quién me necesitaba, quién me había pedido? ¿Que misión me confiaste?