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Valores y reproches

Quizá no se puede tener todo el amor pero tampoco te hundes en el olvido

Las tardes nubladas me recuerdan a que la hostilidad corre por mis venas. El mínimo detalle hace que mi sangre hierva. Desesperación es la palabra que me provoca la acción de indiferencia hacia mi persona. Molestia a que no importen las cosas. Sin embargo, son valores y reproches en vano. Sólo mi cuerpo sufre, sólo mi alma se vacía, a nadie le importa cómo me llamo, dónde vivo o qué hago. La consecuencia del sentimiento negativo hunde mis ganas de seguir y ser feliz. Me pregunto, si a alguien ha de pensar en mí, si alguien algún día de verdad me quiso. Todos los días, recuerdo aquellos amores fallidos. Esos que yo daba la vida y ellos sólo una sonrisa.

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