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Carta a MI sentir

A mi futuro hija o hijo que en un desfaso mundo al mío habitan,
no me atrevo a imaginar perdición,
por no hacerla de adivino o profeta,
pero si ahora,
navegando por el pantano de las calles,
medito porque observo:
Jaulas con aberturas,
autos oxidados,
esmoquinados con
el rabo descapotado
caminando al revés,
niñitas aprendiendo a enseñarse,
niñitos aprendiendo a tocar,
sin conocer las palabras coquetear o enamorar,
nadie  ya se sonroja,
peperas, sangre fría fabricando lágrimas,
fines de los mundos
del inicio al fin de las semanas,
gente ingenua, gente a que robar,
gente idiota sin memoria a  la que salvar
de ellos y de los que no,
bastardos que indultar,
alabanzas que engendrar,
ruegos que engendrar, aún con algo de chispa,
la justicia como idea a la que intentar buscar,
como la serpiente al ratón,
siendo casi todos  roedores,
hipocresía dominante donde mires,
estas cosas llamadas personas,
que no consideran más las posibilidades,
no consideran ni que aceptar, ni juicio
alguno, ya no son
dueños de ellos, ilusos creen
creer que lo son
al menos de sus gritos, y
de sus votos,
inducidos hasta estos.
Las situaciones tienen la razón,
estas son la mandamás,
son el petróleo donde ser halados,
son la decisiva de cualquier
acto obligado.Los comunes;
las bestias de cargo,
la oligarquía, las empresas
de mirar de cazador;
son el látigo, la galera y dirección,
que confinan y utilizan
sin significativa objeción .
Que si Dios, que si amor,
que si exclusivo amor,
que si apatía con la vida.
Esto es lo corriente, y la gente en general.
Oh queridos hijos
míos, y a otros quienes habremos
de encontrarnos para que lo sean,
yo un escritor simplón,
un simplón viviente, que ¡vive!,
como solo los simples complejos,
me atrevo por vocación a aconsejarlos con tesón:
—Cuidado con la codicia, niños,
es una perra que no estima,
te absorbe, manipula y tortura.
—El estudio apacigua, pero nada
te libera más que convergirte
en el estudio interno, amar a
los externos, vivir para ti,¡vivir, vivir!.
—No le teman a el error, háganse
confidente de él, sonriéndole.
Despacio, constante,
cáiganse y levántense, que el error
pasado los alerte y aconseje, pero no lo asolapen.
—No teman pedir ayuda, comprenderán,
que solos, cosecharan no más que soledad.
—Sean observadores, protejan a
la familia, vigilen a sus amigos, obedezcan
a sus intuiciones y que nadie los cambie.
—Sean valientes, éticos y apasionados, cooperativos, líderes.
—Rompan los moldes que los intenten atrapar,
no sean comunes, rebélense, pero con la razón de la palabra,
no caigan en la bajeza de confiar sus actos en agresiones.
—Nunca olviden los condones.sin globitos no hay fiesta.
—Sus decisiones los marcarán, no los definirán,
pero disciernan sobre en que vale pecar.
—Y por último desenvuelvan la alegría en cada uno,
polinizenla, y no dejen de brillar.
Les dejo más de mi calor de padre en esta carta.
A mi futuro hija o hijo que en un desfaso mundo al mío habitan,
no me atrevo a imaginar perdición, por optimista,
pero si el tiempo es sordo, esto empeorará,
siempre contarán conmigo aún muerto,
asimilen los consejos, sean las mejores versiones
de ustedes, y vivan felices, mirada al frente, y a los lados.
Besos y abrazos.

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