RENUNCIANDO A LA ORILLA
Atrevete a perder el miedo
Si quieres ir mar adentro
Renuncia a la orilla segura
Deja atrás el miedo, la duda
Y navega hacia lo incierto.
El horizonte llama a lo lejos
Y el corazón late con anhelo
El alma de aventurero despierta
En la búsqueda de lo eterno.
Las olas cantarán tu coraje
El viento soplará tu velamen
Los astros guiarán tu viaje
Más allá de lo que ojos ven.
Adiós a la comodidad terrenal
Hola! al misterio profundo
Donde los sueños pueden anclar
En océanos sin fines ni rumbo.
Mar adentro, Mar adentro!
Donde los valientes se atreven
Allí donde perder es descubrir
Y ganar es simplemente vivir.
Renuncia a la orilla
Encuentra en la inmensidad
La libertad que tu espíritu ansía
Esa paz que el corazón anhelará.
Despídete de la orilla
Con la lejanía en foco
Y si deseas regresarte
Solo remarás otro poco.
Este poema me llevo a pensar el las decisiones de la vida . Renunciar a la orilla es un acto de valentía, un salto de fe hacia lo desconocido. Es dejar atrás la seguridad y la comodidad de lo familiar para aventurarse en aguas inexploradas. Significa soltar amarras, esas cuerdas invisibles que nos atan a hábitos, personas o lugares, y permitir que la corriente de la vida nos lleve hacia nuevos horizontes. En esa renuncia hay una promesa implícita de crecimiento, la posibilidad de descubrir nuevos aspectos de uno mismo y del mundo. No es una tarea fácil; las aguas pueden ser traicioneras y el viaje incierto. Pero aquellos que se atreven a renunciar a la orilla a menudo encuentran que el océano de la vida es mucho más rico y profundo de lo que jamás habían imaginado mientras permanecían en su zona de confort.
