Pessoa, cinco en uno, sombra y esp… espejo donde se miran mil rostros, rostros que vagan sin tiempos ni c… costros de un alma que arde muy le… Es Álvaro viento que arrastra y de…
Tú mi fruta madura, mi luz y mi ternura, aquel beso anhelado, Y aquel sueño adorado. En tus ojos, la ternura,
Un rastro de luz se quiebra en el pasillo. No es el sol, es la idea de un sol dibujada en la pared.
¿Estás cansada? O solo cansada de… de mi voz llamando en la sombra, del eco de un sueño que ya no resp… de este amor que se rompe sin ruid… Tus ojos pesan, pero no de insomni…
Ven, oh Huésped, siéntate a mi me… saborea los manjares que he prepar… Deja que tu alma se deleite y se e… en el festín que he dispuesto, sól… Aquí yacen los frutos de mi más ho…
Noche de luna, silencio y misterio… las sombras se extienden como un s… la ciudad se viste de un brillo et… y el tiempo se queda, sin querer p… La luna se asoma, en cielo callada…
Una rosa blanca, su petalo suave, Una margarita amarilla, su centro… El viento susurrando a través de l… Moviendo las sombras, una danza su… Pétalos que flotan en el aire como…
Los hijos florecen; hay que amarlo… hay que sembrarlos con esa esperan… hay que criarlos con esa verdad. No es que se vayan, es que la vida los llama,
Sobre el valle de la sombra, donde el viento deja huellas, una voz llama a mi alma con amor que nunca mengua. Nada brilla más que el Verbo,
Entre orillas susurra la brisa, canta la espuma su viejo rumor, las olas tejen historias dormidas que en la marea despiertan su voz. Cuentos de barcas, de amores perdi…
La poesía es el arte que escucha a… Oídos abiertos al susurro del alma… Versos que capturan el latir del c… Y dan voz al silencio de la emoció… En cada estrofa, un eco de existen…
En las sombras de la vida, yo he d… como una muerta sin destino, sin r… Creo olvido tras mis pasos, dejand… y en el tiempo, implacable, avanza… Mis pasos son inciertos, como un a…
Entre rosales nació el amor, bajo ideales de un gran color. Sus manos suaves
Oh Amazonas, vasto reino de la se… Donde la vida florece en un eterno… Tus caudalosas aguas serpentean si… Nutriendo un ecosistema de incompa… Tus imponentes árboles se alzan ha…
Matilde había heredado de su madre un viejo teléfono de disco, de esos que ya nadie usa. Era negro, pesado, y cada número giraba con un chasquido seco, como si arrastrara consigo los ec...