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LA SONRISA

Faltaban días para el gran circo mágico de Estephania. Una gran y avasalladora oferta propuesta por nuestra ciudad, llamada La Ureña. Se movían los carromatos como si fuesen días de Los Santos; y algunos, creyéndose santos, se abnegaban a montarlos; sólo por estar solos, y a solas, todas las vírgenes, se tocaban porque sentían un Alohomora.

Todo era coito, todo era sexo; era como si todo fuese en el coito, un sexo, sin saber el sinónimo de ambas. Me preparé, me puse mi panties color cerúleo; luego mi sostén color abismo. Salí galopeando con el Ando y Aldo, nos separamos cuando llegamos.

Había de todo: prostis brujas; malabaristas gays; mimos con más hablas que Sasha Grey; ventrílocuos sin abdomen; contorsionistas con apellido Cepeda; acróbatas sin patas, como las de Fefita; equilibristas como el PLD; escapistas como el Odebrecht; forzudos como Karim; hombres bala como los travestis de la Gasset; magos como los atracadores de la veintisiete; monociclistas como los de Riviera; payasos como los del Ensanche La Fe; titiriteros como los de Gualey; tragafuegos como las chismosas de Cristo Rey; tragasables como las aviones y aeropuertos de Los Frailes; trapecistas como los de Gascue; zanqueros como los de Palenque; y motociclistas como los de Andrés.

Todo parecía perfecto, espera, la espera desespera; no deseo que en este libro esté lo mismo de todos los días. Todo es perfecto: putas, cueros...

Me adentro a dentro de su espectro. Disculpa, pero acabo de ver una sonrisa tan peculiar y minuciosa, es como diabólica, es como si invocara al mar. No logré ver quién era, pero sé que es un sustantivo masculino, piel blanca, cabello largo y anteojos. Eso logré percibir detrás de su espalda; teniendo un diccionario en la mano, y caminando como si se estuviera cagando.

Entré a mi circo, el grillo me hizo saltar de un brinco; bronca, el bronce bromeó con la Bramah; bomba hidráulica. Siento mi vagina húmeda y casi estoy por gemir, después me acordé de tan estólida que soy, que me metí un vibrador por si el payaso cruzaba. ¿Qué? Todos tienen fantasías diferentes, yo quisiera que violen a un payaso al frente mío, mientras me masturbo a gritos; pero como sé que la sonrisa es pintada, no quiero eso para él.

¡Diablos! Son las tres de la madrugada, y no tengo hada. Veo mi teléfono y ese estúpido de Alberto no me tira un DM. Estoy excitada; tomo el diccionario, leo y me toco con cada papiro de entrada. Sobo el diccionario con mi clítoris, y sale un pedo de saltarín; ah no, no era un pedo, era mi vulva llena de aires en los labios mayores. Me duermo.

Me peino, me arreglo, huelo un poco de cemento, salgo, me comporto y me porto como el orto cuando el maldito platanero sale del monte tenebroso. ¡Cojoño! ¡¡Me pica el toto!! Estoy viendo que me invitan a una anticita. Lo pensé una vez, y me cambié; salí como todo preso sin cárcel, con un sicote encima como todo indigente de la Duarte; los saludo, nos damos un piquito, me duele el chiquito... y él pretende hacerlo conmigo; pero yo soy promiscua, yo con todo el mundo me tiro; no lo he hecho con el Pachá, porque no lo he conocido. Bebo unos cuantos abrazos amargos de unos tipos caros, llamados Llantos. Me masturbo como ayer, lloro por lo que fue y brindo por lo que seré. La sonrisa de todos modos, me ha dado entender, que aunque te esté llevando el diablo o algún tren: disipa la caída, querida, porque te olvidas de todo lo que tienes.

Es increíble cómo alguien te hace cambiar de parecer en unos cuantos juanetes. Pero estabas triste hace tres meses, sólo faltó el chiste del prepotente: ¿Dónde caga Batman? En el Bat-er. Estoy sentada, salgo a la calle, y veo esa sonrisa de nuevo, pero luego viene un camión y se desaparece ésta con todo el humero. ¡Maldición, bendición! ¿Por qué no puedo verlo completo? Esa sonrisa me deja mucho qué pensar, en infinitivo audaz, pero yo soy autóctona con una teta de más.

Estoy llorando, llo-llo-llorando ando-ando-ando; cinco-cinco-cinco-cinco-cinco. Todavía la veo, le caigo atrás más rápida que The Flash. Cuando lo volteo, se fue. ¿Era una ilusión el café? Yo sé que él existe, porque su sonrisa me lo dice, ¿ajá? Todos tenemos rasgos faciales que queremos imitar.

¿Es preciso hacer todo esto sabiendo todo nuestro ser que por más involucrados que estemos, que es dulce la persona que se fue? Yo amo a las personas que no son muy cariñosas, porque me dan a mostrar que sí me quieren. Sí, soy media loquita, pero así disfruto más con ellos.

Si yo pierdo la vista, contacten conmigo, es precioso ver al vecino pidiendo manís conmigo.

Lo paro, y le digo que por qué la posee, que por qué la tiene... una sonrisa así. Me responde con un simple sí, y se va, el cotizado. Si él supiera que de su sonrisa mis tetas se han enamorado, ¿qué haré si no tocarme a su nombre de anónimo que se ha quedado? Pido perdón de manera neutral, tengo el trastorno límite de la personalidad.

Tomo unos tragos, me siento al lado del cuatro ojos, le comenté que vi la película Los Indios pelean por Tu-raja; se enojó y me tiró un coño.

Me pongo en mis pisadas, me masturbo al frente de todos, en la sala; bajo mis pinzas hasta mi panocha, muy rico... y yo sin ni uno. Me persiguió, vio cómo me masturbaba, y para mi asombro, la sonrisa era la misma. Continúo en la fiesta; me invita un pansexual sin un pan, le bailé pegaito y de la’o, se le paró el reloj, y me dijo: “Prepárate, viene lo mejor”. Y se vino dentro del pantalón.

Corrí corriendo en las fauces de mis falacias, era una galaxia sin topos. Me detuve, y le exclamé a Dios sobre mis malas acciones. Me inclinaría a la empuñadura de todos ellos, mi éter sería el de poder seguir aun con todos ellos. Me dijeron que no, que siguiera, esperando lo que todavía espero.

Yo nací de la tierra, llamada Villa Mella, el chicharrón me espera. Mi suegra sonrió, la sonrisa soy yo.

Seguían diciéndome que siga, que tenía que seguir escribiendo como un escriba. Me dio mucha risa, ya que, aunque no fui a la misa, ellos son, y son Risa.

Particularmente es como la matanza del dieciocho de octubre, yo nací en diciembre. Me disparó, le busqué como todo un político después de cobrar por su oratoria; su habladuría me hizo añicos, es como cultivar las semillas de un flan; los comí, seguí y proseguí, medio-seguí llorando. No sé cómo continuar con este escrito, pero si sigo trabajando, es porque algo me va avisando de que tendré que mantenerme aislado. ¿Cómo es uno de Villa María? ¿Y si María tiene una viña? Me da mucha piña seguir con esas muchachillas. Mi pene es bien, y cuando lo entro, es como todos los dominicanos: clavando su efigie en mí. Los negros no siempre los tienen grandotes, pero no tengo interés de ello. Me gustan las mujeres, eres un promiscuo, conspicuo he seguido e impregnado. Hablo en señas caminando paralizado, con las uñas largas como Marilyn Manson; Monroe era la del desastre, en una bañera llena como una ballena, e iba llena, ¿en serio, Milena? El milenio era milenial como ella, prefirió podrirse como entera de paraplejias en el ícono con tilde tal vez, la tildaron de hereje. Te enseñaré cómo seguir proyectando, ¿seguir? Sí. Es mejor así, aléjate de mí y no te enamores porque yo sea un verdadero MC. La llana yaroa, me la comí, sé que puedo dar más de mí, pero no, me fui. Vi la sonrisa de nuevo, perdí el tacto del abanico cuando salen preguntas abiertas; era una entrevista sin puntos seguidos y puntos suspensivos, ¿te gusta la miel? No, no era de esa manera, movía las orejas por la morena de la calle Penta.

“Cuando tengas sexo, asegúrate
De no cagarla la primera vez;
El pene se prolonga por si quieres,
Ella, se irá, y así tu cuerpo lo obtiene.

“Es como si todo se ha ido,
El semen se va y te quedas tú;
Ellas tienen multiorgasmos,
Y tú, lleno de espasmos:
Luchas con tu impaciencia llena de furor.
Perdón, pero si se lo metiste ayer,
No seas un perro, obtenla contigo siempre.
Los hijos no tienen culpa, métete eso
En tu cabeza. Mejor no lo metas,
Pero no abortes aunque te violen en La Cuarenta.
Porque un cigoto es vida, independientemente de la voluntad.
¿Abortar? No depende de ti, sino de él.
El bebé desea vivir, ¡aviones!
Cuando alguien te deje,
Recuerda:
Nada es para siempre,
Goza con la soledad
Que esa siempre te espera”.

Si alguien te viola, y no deseas el bebé; deja que él salga y vea la luz de la oscuridad; mátalo afuera, así es mejor, no cometes signos de homicidio. Pero, si es hembra, déjala vivir, para que no digan que fue por machismo.

¡¡Por-por-por mí mí-mí-mínima forma!! ¡¡¡Tú-tú-tú pu-pu-pudiste seguir!!!

¿La sonrisa? Nelson.
¿Moriré? Simon.

¿Y ahora? Wuardianes de la Galaxia.
¿Me rio o te enamoro? ¡Ay, Emil Parker!

Me dijeron que le besara. ¡OMG! Viene para acá, estoy mojando. Lo apruebo, sus labios saben a gramática. Me lo está metiendo.

—¡Ay, papi, rómpeme estos ojos!

—¿Te gusta leer?

—¡¡No, papi!!

—¿Entonces, cómo sabes mucho de sexo?

—Empirismo.

Partió de todo malabarismo, calumbur sin calabazas; favores sin pedidos.

Me estoy riendo de esto, porque como todo muchachillo: me ha tocado cagarme en mis bolsillos y presumir no ser niño.

Y por su forma de ser fue que me enamoré; amé su carácter, sus detallitos sútiles, sus estúpidas formas de hacerme reír... su manera de hacerme el amor.

Hoy me despido, y sonrío, porque aunque no conozca esa sonrisa, yo, antes... también sonreí, aunque no tenía boca.

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