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En la noche del sendero

“¡Dame aceite de tu odre
para la lámpara mía,
para mi lámpara pobre
que está de aceite vacía!”
 
Me dijo desde distante
un hombre que iba ambulante
por un angosto sendero.
Yo me detuve, y amante
le di aceite al caminero.
 
Y acompañé al solitario
que marchaba tardíamente,
por aquel largo calvario,
mientras que mi lampadario
se apagaba lentamente.
 
“¡Dame aceite de tu odre
para la lámpara mía,
para mi lámpara pobre
que está de aceite vacía!
 
Dame aceite, caminero!”
Con mi voz que suspiraba,
detenida en el sendero
dulcemente repetía...
 
Y él, en tanto, se alejaba
se alejaba... y se reía...
Preferido o celebrado por...
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