Como una dura exhalación volante
cruza del aeroplano la silueta.
Baja un paracaídas y un poeta
y prosigue su ruta trashumante.
El lírico despojo, luz mediante,
el derrumbe del ángel reinterpreta.
Caída al lodazal de este planeta
desde un altivo gesto desafiante.
Yo soy ese poeta, y es mi abismo
la sentencia sin fin; mas soy un bardo
rebelde sin cesar en mi ostracismo.
Rebelde, con la furia en los nudillos,
porque me di en poner y ahora guardo
menudencias de cielo en los bolsillos. 72